Soy nada en lo infinito del tiempo, he llegado al punto donde no hay retorno

viernes, 30 de abril de 2010

Las guitarras lloran


Debería llamarse bluesfeeling pero sería una redundancia porque el blues es sentimiento que me acompaña a todas partes, los azules por, como antes te dije, veinte años luz de la memoria. Vivo intensamente cada minuto, como si fuera el último, gozo hasta exprimirlos inmisericordiosamente, sin tregua mientras lo llevo en todos mis YO, lo único en que coinciden totalmente, el blues, marca tiempos, ritmos, instrumentos, amores. Te cuento amigo, porque si amas el blues, me amas, nos amamos, amamos al mundo, lo que sea por el y digo amigo que para mí, es la máxima expresión del amor, la amistad, te cuento brujadas de la flaca del grupo.
La primera canción que escuchó en un disco callejero vendido a 70 pesos cubanos, fue Gloria The Doors, y se convirtió en adicta a esa rara música, grabada sobre placas de acetato en la capital y de ahí a provincias, la mía, que no es mía pero ahí nací, quiero decir salí de las entrañas de mi otra madre (te he comentado que la mera mera madre de uno es la Tierra, este planeta enorme que por momentos empequeñece ante las barbaridades de cada día),en esa provincia llamada Victoria de las Tunas crecí y por ellos, The Doors, seguí en esa onda, flaca, viviendo las experiencias de los protagonistas de Salgari, Mark Twain, Dickinson, Julio Verne, tiempos en que conocí al río Misisipi junto a Tom Sawyer, entre la mudez y lo absorto, soliloqueando aventuras, caprichos, sueños.
Reuní la mejor colección de The Beatles y me convertí en una “pone música nocturna”.
Mis amores, pocos y muchos, mejor una media que contarlos, surgieron, crecieron y perecieron al compás de muchas canciones. A whiter shade of pale (Annie Lennox) inspiró el primer beso; Mary es mi amor (Leo Dan) sirvió para escuchar en la media noche las serenatas; Making Love Out of Nothing At All (Air Supply) para liberar hormonas, Always on my mind (Elvis Presley) enamorarme en Santiago de Cuba cuando caminaba sus empinadas calles; Misery (Beatles) para bailar con el pelo largo hasta la cintura. Son muchas las brujadas al compas de la música pero sobre el blues la primera que conocí fue Janis y ya no pude olvidarla.
En Cuba cometí algunos robos, huevos y gallinas en los campos cuando de estudiante el hambre apretaba; libros, algunos cidis de Beatles, Elvis y Janis Joplin, no tuve vergüenzas y se me olvidaron los diez mandamientos, no tengo culpabilidad porque fueron actos de subsistencia espiritual, con ellos adquirí esa costumbre rara para algunos pobres de alma, de cerrar los ojos cuando escucho el blues, lo interiorizo, karma, nirvana, éxtasis total, entenderás este vocabulario kósmico si hablo del blues que gracias a mi tierna amante silenciosa, porque me satisface y quedo muda, secret love, cada noche disfruto, gozo como si fuera el último minuto, en cualquier lugar, ágiles los dedos hasta complacerme (jajajajaja, mal pensado) sigo y sigo, una, dos, muchas veces, busco y rebusco nostalgias veinte años luz de la memoria, lo encuentro, todo sentimiento, amor eterno, te creo Ariel, andamos tras la magia del blues, donde las guitarras lloran.

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